FRANCO Y LA CLASE MEDIA.

Cuando el general Franco tranquilizó a Nixon por el futuro de España y la estabilidad del Mediterráneo Occidental, pieza clave en la política internacional de los Estados Unidos.

Extracto de la entrevista que el general estadounidense retirado Vernon Walters concedió el 15 de agosto del 2000 a un importante periódico español durante su visita a Santander.

Durante la misma comentó que Nixon le envió a España para hablar con Franco sobre su muerte. Comenzó comentando que estaban interesados sobre la situación en el Mediterráneo Occidental… Franco le espetó:

«Lo que le interesa realmente conocer a su presidente es saber lo que acontecerá en España después de mi muerte, ¿no?»

A lo que contestó el general americano:

«Mi general, sí».

Franco prosiguió:

«Siéntese, se lo voy a decir. Yo he creado ciertas instituciones, nadie piensa que funcionarán. Están equivocados. El Príncipe será Rey, porque no hay alternativa. España irá lejos en el camino que desean ustedes, los ingleses y los franceses: democracia, pornografía, droga y qué sé yo. Habrán grandes locuras pero ninguna de ellas será fatal para España».

Walters le dijo:

«Pero mi general, ¿cómo puede usted estar tan seguro?».

Franco afirmó:

«Porque yo voy a dejar algo que no encontré al asumir el gobierno de este país hace cuarenta años»

El general Walters pensó que iba a decir las Fuerzas Armadas, pero el Caudillo dijo:

«LA CLASE MEDIA ESPAÑOLA. Diga a su presidente que confíe en el buen sentido del pueblo español: NO HABRÁ OTRA GUERRA CIVIL».

A diferencia de lo ocurrido en el vecino Portugal (país compañero de una extensa andanza dictatorial), en España se creó durante el periodo 1950-1974 una amplía clase media de la época. De ahí (entre otras cosas) esas grandes diferencias entre ambos países que llegan incluso a nuestros días.

Tras una durísima y larga posguerra, el país empezó a despegar de mano de los ministros tecnócratas (1957…), obviando la catastrófica política económica de la autarquía de los años precedentes. El dictador, rodeado de una caterva de aduladores, se fue apartando cada vez más de la pesada carga del gobierno (en un mundo que cada vez entendía menos, pero no era estúpido) y se dedicó a lo que realmente le gustaba: la caza, la pesca y a aparentar.

España siempre fue importante para los Estados Unidos debido a nuestra relevante posición geopolítica y la guerra fría, lo cual salvó a Franco, siendo cada vez «más aceptable» a falta de libertades y de otros derechos. Una anomalía en la Europa Occidental permitida por un interés mayor general contra el enemigo del momento: el comunismo.

Un país seguro, sin conflictividad social y laboral y con una mano de obra barata y sumisa (era considerado entonces como la Taiwán de Europa), garantizaba las crecientes y rentables inversiones extranjeras en nuestro país. Un importante mercado creciente muy interesante para cualquier empresa que quisiera su parte del pastel. Y además, el boom turístico «marca Benidorm» de los años 60, nos lanzó al panorama internacional y rentable del ocio de masas.

La entrada de divisas, el gran crecimiento de los cinturones industriales de las ciudades, la creación de un gran número de empresas con nuevos puestos de trabajo mejor remunerados y más cualificados y una mayor formación y acceso a los estudios (el número de universitarios se multiplicó por 6 durante este periodo), pusieron las bases para la creación de una incipiente pero creciente clase media como garantía de estabilidad del país, aval del cambio democrático tras la muerte del dictador.

clases sociales

Porque una importante clase media siempre ha supuesto un factor determinante de estabilidad en cualquier estado como punto de unión y de equilibrio de la sociedad.

Tiempos difíciles de entonces con numerosas tropelías por motivos ideológicos y abusos de todo tipo, pero que lentamente permitieron un avance en lo económico que desembocaría en la transformación social esperada durante muchos y penosos años.

Nuestra Transición fue un modelo de cambio para todo el mundo donde la ruptura con el pasado y el desmantelamiento del régimen anterior fue mucho más sosegado de lo esperado. Hubo tensión, sí. Grandes miedos, también. Incertidumbre, no podía faltar. Intentos de vuelta al pasado, como no, en el país de las algaradas militares (el 23 F).

Pero en su conjunto, todo fue bien, bastante bien. Desde entonces hemos disfrutado del periodo histórico y económico más fértil y duradero de nuestra historia y, por una vez, no hemos limado nuestras diferencias a garrotazos.

¿El truco de todo esto?

Bueno, está claro que habían muchas necesidades de expresión y un estado que modernizar a todos los niveles, pero no nos engañemos: en su conjunto la población cubría sus necesidades básicas todos los días (trabajaba, vivía y comía) y muchos empezaban a disfrutar de algunos extras y sobre todo a tener mejores perspectivas futuras. Así, realmente muy pocos querían volver al pasado.

Era la Clase Media que había llegado para quedarse.

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