Somos millonarios en tiempo. Cada día disponemos de 1440 minutos a nuestra disposición para atender nuestras rutinas cotidianas y acometer nuestros proyectos. Pero lo que sobra de nuestras agendas son los ladrones de tiempo.
Son personas, situaciones y hechos que no siendo realmente importantes para ti se vuelven de repente urgentes, necesarios y molestos.
Problemas de otros que, en la mayor parte de las ocasiones, por falta de planificación, rigor o por mera pereza de aquellos, terminan llamando a tu puerta porque siempre estás ahí, disponible. Una excepción que termina por convertirse en un hábito como primer paso para trasformarse en una obligación.
Aquí la capacidad de discernir y la valentía de decir NO, es una de las principales lecciones de vida que debemos de aprender cuanto antes. Relaciones familiares cercanas interesadas, estrategias de abuso por parte de falsas amistades, conscientes o no, problemas prestados… suelen ser la causa de tu permanente sensación de falta de tiempo.
Si bien disponemos de la misma cantidad de tiempo al inicio de cada jornada desde el minuto cero, este no es infinito ni es elástico. Todo lo que haces y piensas precisa una dosis de tu tiempo, y lo que dedicas a un menester lo tienes que sustraer de otro lado.
De esta forma, los ladrones de tiempo te acechan continuamente. Son un pernicioso virus que te ronda siempre para fastidiarte. Como el uso irracional del móvil y de las redes sociales, especialmente de las llamadas aplicaciones de mensajería instantánea. Un claro ejemplo de estar siempre pendiente de tu dispositivo perdiendo el foco y la concentración que precisas para tareas mucho más relevantes.
Una utilización abusiva de la televisión de forma permanente; una pereza y el abandono congénitos para ponerse manos a la obra, procrastinando todo el tiempo; un desastre organizativo habitual y asumido… todos ellos son parte también de los llamados ladrones de tiempo.

Y dentro de los mismos, están los tuyos propios, aquellos que dependen de ti y de tu actitud, pero también los exógenos, esos otros que desde afuera terminan por endiñarte sus falsas urgencias y necesidades. Forman ese grupo de gente que tienen como común denominador un nombre muy acertado: son las denominadas PERSONAS TÓXICAS.
Identificar a los ladrones de tiempo y a las personas tóxicas no es difícil. Lo complicado es tomar la decisión de cortar quirúrgicamente por lo sano. Porque cuando más tarde, más fuerte será la caída.
Así, a LOS LADRONES DE TIEMPO se les tiene que tratar como una variable objetiva a eliminar de nuestra vida. La habilidad para protegerse de los mismos requiere práctica, tiempo y el derecho a equivocarse para tener la oportunidad de aprender.
Una de las maneras de mejorar nuestro tiempo personal y arrinconar nuestros propios ladrones, es mejorar y aumentar nuestra productividad.
No significa necesariamente llenar un tanque vaciando otro, sino de hacer más cosas y tareas en el mismo periodo de tiempo de antes. O eso, o ganarle tiempo al tiempo, logrando hacer lo mismo, pero reduciéndolo. Un precioso tesoro para llenar nuevos tanques personales o atender mejor a esos otros que se encuentras vacíos.
MANEJANDO LA MATRIZ DEL TIEMPO
Es nuestra vida hay dos dimensiones a tener en cuenta y que se cruzan entre ellas. La primera de ellas va desde LAS COSAS IMPORTANTES A LAS NO IMPORTANTES y la segunda desde LAS COSAS URGENTES A LAS NO URGENTES.
El cruce y área común de ese fuego cruzado diario marcará el uso eficiente de nuestro tiempo o no.
El peor cuadrante donde podemos estar es cuando acampamos permanentemente en LAS COSAS QUE NO SON NI URGENTES NI SON IMPORTANTES para ti. Problemas de otros que ni te van ni te vienen; programas de televisión que llegan a aburrirte, pero que te tienen enganchado; personas negativas que solo te trasmiten malas vibraciones con sus constantes miserias; reuniones de trabajo intrascendentes, que no aportan nada… Eventos, personas y cosas que debes de apartar cuanto más lejos de ti, mejor.
Un cuadrante tampoco muy aconsejable donde gastar tu valioso tiempo es el de LAS COSAS QUE NO SON IMPORTANTES PERO QUE ALGUIEN DECIDE QUE SON URGENTES. Situaciones impulsivas que, una vez analizadas, comprendemos que realmente no son tan alarmantes y que pueden esperar. Las prisas y las neuras de otros no tienen que ser las tuyas. Las podemos englobar como FALSAS URGENCIAS. Intenta que sean las mínimas.
Pasamos al tercer cuadrante, al de LAS COSAS IMPORTANTES Y A LA VEZ URGENTES. Situaciones de crisis reales, enfermedades inesperadas, un accidente de automóvil, un despido súbito… eventos y circunstancias insospechadas que merecen toda nuestra atención en ese momento. El tiempo corre en tu contra y cuanto antes te pongas en acción, mejor.
Y por último, tenemos el cuadrante más interesante: el de LAS COSAS IMPORTANTES, PERO QUE NO SON URGENTES.
Todos tenemos la suficiente claridad intelectual para saber que en la vida hay cosas básicas e importantes como son la salud, el trabajo y la felicidad. Aspectos todos estos fundamentales, pero no necesariamente urgentes.
Dedicar parte de nuestro tiempo a llenar bien estos tanques, nos permitirá navegar mucho mejor por los intrincados caminos de la existencia, estando mejor preparados. Saber lo que queremos y planificar en el medio y largo plazo, siempre nos dará mejores réditos que si vamos de un lado para otro sin sentido.
Invertir en el cuidado personal; hacer deporte adecuado a nuestra edad; comer con mesura, valorando más la calidad que la cantidad; disfrutar de nuestros momentos de ocio con nuestros allegados; atender y querer a nuestra familia como se merece, pero siempre con respeto y ejerciendo de padres; saber ahorrar y ser previsor para el futuro, sin ser ni un rácano ni un manirroto, buscando un punto intermedio… todo ello nos llevará a estar mejor preparados para cuando algo, de repente, que no era urgente se vuelve prioritario.

Transitar de un cuadrante a otro es inevitable, pero intentar campar por mucho más tiempo en este último. Te irá mucho mejor contigo mismo y para todos aquellos a los que realmente aprecias.
UN VIAJE ENTRE DOS TIEMPOS (I)
LA MENTE QUE DIVAGA Y EL TIEMPO (IV)
SER POBRE O SER RICO, UN PROCESO EN EL TIEMPO (V)
LA VISIBILIDAD Y EL TIEMPO: TODO COMUNICA (VI)
