TABLA DE LOS IMPUESTOS EN ESPAÑA.
La creciente necesidad de financiación de una pesada e ineficaz administración, a todas luces desproporcionada, ha provocado toda una maraña de tasas y de impuestos que, sin darnos cuenta, nos acompaña todos los días, formando parte de nuestra unidad familiar.
La voracidad de nuestro sistema es triple, con tres administraciones públicas al acecho y defendiendo con uñas y dientes su parte del festín. Lo importante es llegar a comprender como nuestra vida diaria y existencia está directamente condicionada por el precio que hay que pagar por mantener nuestro modo de vida y la cohexión social.

No se trata únicamente de criticar, si no de exponer la realidad de unas crecientes necesidades, en las que la buena administración, el control y el castigo adecuado se tienen que imponer sobre el latrocinio y el derroche de la caja común. No nos queda otra.
Pero vayamos por partes para entender que la palabra gratis no existe en el mundo real y que la universalidad de los servicios tiene un coste, independientemente de quien los pague en mayor o en menor medida.
Primero, tenemos los impuestos estatales, divididos entre directos e indirectos:
- Impuesto sobre la renta de las personas físicas, IRPF.
- Impuesto sobre sociedades, IS.
- Impuesto sobre valor añadido, IVA.
- Impuestos aduaneros (aranceles).
- Impuestos especiales (tabaco, alcohol, electricidad, hidrocarburos…)
Es curioso observar como en estos últimos se aplica una doble imposición: a la suma de su propio impuesto, luego hay que añadir el IVA. No es de extrañar que con tanto «cargar la burra», al final, la parte correspondiente a los impuestos es mayor que el coste del producto en sí.
Segundo, están los autonómicos, divididos entre los cedidos por el estado (también hay un porcentaje sobre algunos de los estatales) y los propios creados a la carta. Destacan:
- Impuesto sobre el patrimonio, IP.
- Impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, ITP y AJD.
- Impuesto sobre sucesiones y donaciones, ISyD.
- Impuesto de matriculación.
- Impuestos a la carta (medioambientales, sobre el juego, por depósitos bancarios, el céntimo sanitario…)
Tercero, finalmente, los locales:
- Impuesto sobre bienes inmuebles, IBI (Contribución).
- Impuesto sobre actividades económicas, IAE.
- Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica, IVTM (Sello).
- Impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana, IIVTNU (Plusvalía).
- Impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras, ICIO (Permiso de obras).
- Impuesto por entrada de vehículos (vados).
- Impuesto por reserva de aparcamiento (zona azul y verde).
- Impuestos turísticos (tasa turística, en ciertas ciudades muy visitadas).
Sin obviar otros conceptos, algunos reales y otros en ciernes – las tasas aeroportuarias, los impuestos a las viviendas vacías, las transacciones bancarias (la tasa Tobin), los impuestos a los robots, el peaje de respaldo (impuesto al sol), las tasas verdes… – la genialidad de las cabezas pensantes no para con tal de exprimir cada vez más el mismo limón.
